jueves, 29 de noviembre de 2012

“Que de lejos parecen moscas”, de Kike Ferrari


            La vida es un escenario cómodo para el señor Machi, donde nada falta y todo lo bueno abunda. El poder y el dinero son sus entrañables amigos. Hace lo que quiere, con quien quiere, como quiere. Recorre las calles en su negro BM, como un rayo. Pero un día algo cambia, aunque Machi se esfuerza por volver a su realidad de ensueño línea de coca tras línea de coca. Empieza con una estupidez que insulta por su trivialidad: un pinchazo en la ruta. Tener que poner manos a la obra va a traer más consecuencias que arrugar su costoso traje o terminar con suciedad en sus manos. En el baúl de su auto millonario hay más que un auxilio y una llave cruz, allí encontrará un cadáver. Entonces, ahí, empieza otra historia.
            Kike Ferrari, autor de “Que de lejos parecen moscas” nos trae un policial que cumple a la perfección con los mandamientos tradicionales del género, pero que además, es tan negro como el BM del señor Machi. Con un ritmo vertiginoso logrado con toques de exquisitez, nos metemos desde las primeras páginas dentro del mundo del tipo poderoso, el que está acostumbrado a humillar a los demás, a que las personas le pertenezcan tanto como los objetos que posee. Un tipo que se forjó a si mismo, haciendo lo que hiciera falta para acumular poder y dinero, y contactos de peso.
            Mujeres, sexo, drogas y plata, mucha plata. Algún muerto. El policial negro expuesto con todo su frenesí. Y si a eso le sumamos una narración sólida y dinámica, tenemos un gran producto literario. Y Ferrari logra esto, y  nos da el plus de alguien con calle, de alguien que cuenta una historia y no toca de oído, alguien que sabe de qué se trata.
            Durante un puñado de horas, el señor Machi vivirá un calvario, en donde no se privará de aspirar el polvo blanco del olvido y la tranquilidad, ese polvo de calidad, tan caro, que pocos pueden probar. En ese tiempo sabremos de miserias, bajezas, crímenes y cuentas que se cobran y se pagan. El hombre que ve a la gente desde la altura del poder y la soberbia, chiquita, como moscas, ahora atravesará un infierno, del que no será fácil salir, aunque se avance veloz como un rayo.

El Adversario


“Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar donde nací.
El viaje del salmón
En una época dura.”

El salmón, Fabián Casas




            Este libro, que es una recopilación de artículos ya publicados en diversos medios, en su mayoría, y están interpuestos con otros textos nuevos    -que se intercalan dándole el formato seguramente buscado por su autor y que ha logrado sin disimulo-, aborda un abanico de temas que están fina, pero firmemente afianzados entre sí por algunos ejes conceptuales que vale la pena mencionar, no sólo para demostrar la solidez argumentativa del libro, sino para plantear la hipótesis de “El Adversario”, de Dante Augusto Palma.
            El espíritu confrontativo del Kirchnerismo, que siempre redobla la apuesta y va por más, impuesto por el fuerte liderazgo de Néstor Kirchner y su reivindicación de la política por sobre la economía, serán la línea que, según el autor, y sobre todo después del conflicto con las patronales del campo en 2008, que polarizó la opinión de la sociedad, construirán esta idea fuerza de ‘adversario’ político. Esa noción del ‘nosotros’, como construcción no sólo discursiva, sino que tendrá su afirmación en la práctica, va tomando forma.
            Entonces, como afirma Palma, hemos estado y seguimos estando frente a una batalla cultural. Los Derechos Humanos, La ley de Matrimonio Igualitario, inclusive el debate por la no penalización del aborto, también señalan esta lucha, en estos últimos dos casos contra los máximos referentes de la región católica en nuestro país, donde la creencia es utilizada como “colchón ideológico”, como mojón del sentido común y de los supuestos valores universales que deben regir a todas y cada una de las personas. Allí también hay una noción clave, la del ‘otro’, el adversario, visto desde el otro lado.
            Otro eje central, que artículo a artículo irá analizando con solvencia Dante Palma, es el de la Ley de Medios de 2009, donde, luego de perder las elecciones, el gobierno, una vez más, patea el tablero del ‘ABC’ de la política y arremete hacia delante, dando una de las acometidas más significativas y de mayor envergadura desde la asunción de Kirchner en 2003: van contra el poder mediático establecido, demostrando, así, como se construyó y sostuvo ese poder que atraviesa la política y la economía argentina. También en este libro está planteado de manera clara y contundente aquello que ha generado infinitos debates y puede resumirse en la supuesta neutralidad, objetividad e independencia periodística. Aquí se destaca el ‘otro’, un ‘ellos’, que está conformado por la corporaciones, que, también en la época del lock out de las patronales del campo por las retenciones, dejó en evidencia las relaciones íntimas y estrechas de ciertos sectores políticos y económicos con el poder mediático y su infatigable máquina de operar en la sociedad.
            Esta lucha, que colocó al Kirchnerismo como un contrapoder, todavía continúa. De la misma manera que el Kirchnerismo en sí, afirma Palma, aun está en construcción, redefiniéndose, en un permanente devenir. Es por ello que resulta necesario, en esta lógica puesta en práctica primero por Néstor Kirchner y luego por Cristina Fernández, identificar a un ‘otro’, que permita darle unidad al espacio, al sujeto en transformación. Es allí donde el fenómeno de la militancia de los jóvenes, que se produjo en el 2001 y que puede compararse tranquilamente con el surgido en el 2009 con la pluralidad de debates por la Ley de Medios, tiene su reivindicación permanente en el discurso kirchnerista, sobre todo en el de Cristina, que señala y encuadra el futuro en el sentido de la necesidad de esta activa participación.
            Este libro, a su vez, suma a diversos debates y es disparador de muchos otros. Explica como con su escaso 22% de votos, Kirchner hizo lo que nadie esperaba, en un país saqueado y colapsado, donde la política era mala palabra, y la colocó en el centro de la escena, desplazando, así, a la materia económica que ocupa los sueños y despertares de los argentinos desde tiempos inmemoriales. Afianzó una forma de hacer política, la de ir a contramano de lo establecido, de los supuestos. Como el salmón, que nada contra la corriente, para desovar, dejar su simiente, y morir.
            Hay muchos temas más que podríamos seguir señalando y describiendo de todos los que aborda Palma, pero la riqueza del análisis se la vamos a dejar al propio autor de “El Adversario”, que con sus seis capítulos profundiza los tópicos antes mencionados y apenas aquí esbozados y avanza con pluma hábil, con exquisitas referencias filosóficas y literarias, sobre la hipótesis original del libro, de esta construcción de un ‘nosotros’ y de las batallas lidiadas y de las que aun están en el tapete en plena discusión, y de las que están por venir.

Barajas: La vida en avión


Nada te importa en la ciudad
si nadie espera”

Pétalo de sal (Fito Páez)


             Ir del punto A al punto B, puede sonar simple, lineal, pero no es nada de eso, mucho menos si hay que cruzar el Atlántico para lograrlo. Ir desde Ezeiza a Barajas podría reducirse a un viaje con escala en Brasil, pero, en realidad, para Carolina Blanco, son muchos viajes en uno. Para esta joven azafata argentina, luego de poner el primer pie en el remis que la llevará al aeropuerto, comenzará más que otra jornada de trabajo, comenzará un desafío, un cambio de vida, o la posibilidad de perderla.
            Esta novela de Alejandra Zina, escrita con fluidez, entretenida de principio a fin, se divide en capítulos que nos van guiando al pasado, donde aprendemos a conocer a su personaje principal, Carolina. Allí también conocemos a su familia, con una madre hipocondríaca y avasallante, a sus amigas, -incluso a alguien que podríamos llamar su enemiga-, a sus compañeros de trabajo, a su ex marido, a otras parejas que han pasado por su vida dejando una huella, pero siempre se han alejado de su lado, dejándole un vacío que llena con trabajo.
            También aprendemos a conocer sus gustos, necesidades y sueños, como el de ser azafata del actor-piloto John Travolta. Podemos saber todo esto porque el texto es ágil pero sólido y la descripción que hace Zina mediante la narración en primera persona es consistente con ese ritmo. Los demás personajes que vamos conociendo a los largo de este viaje desde Buenos Aires a Madrid, tanto sus compañeros en el avión y demás pasajeros, como aquellos que por medio de sus recuerdos nos llegan desde su pasado, entran y salen de la narración con un timming justo y propicio.
            Zina logra un clima cómodo para el lector, donde el humor juega un papel fundamental, así como los diálogos, que están logrados al punto que no le quitan intensidad a la trama, sino que la acentúan. El nudo del relato llega casi espontáneamente, no hay fisuras en el devenir del texto que plantea los acontecimientos como imágenes que resulta fácil seguir.
            Entonces, estamos sumergidos de buenas a primeras en un vuelo transatlántico que empieza a tener inconvenientes diversos, y a medida que avanza hacia el viejo continente, los problemas se convierten en tragedias potenciales, por qué no desastres. Siempre predispuesta al humor, Alejandra Zina nos transmite que Barajas no es sólo un aeropuerto en la vida de esta mujer, sino que es eso, justamente, un juego de naipes que por necesidad  debe barajarse para poder dar de nuevo. Buscar otros horizontes, aunque parezca que el presente nos retiene en la rutina que agobia y que nosotros sostenemos a diario con nuestras acciones en la comodidad de lo conocido. Siempre hay otro puerto al que llegar, si se quiere. Con una pizca de suerte. 

El efecto elefante, de Marisa Potes


            La historia argentina, los detalles finos de los momentos más prominentes de la lucha por nuestra independencia y el tiempo, son el marco en el que se sostiene esta novela. Lo que ocurre es que, aunque nosotros no lo sepamos, existen errores en la historia, y cada vez que se detecta alguno, uno de los doce agentes que conforman el Cuartel del Tiempo debe viajar a corregirlo, para que la historia pueda seguir siendo tal y cual la conocemos, tal y como la vivimos. Un pequeño detalle alterado, puede desencadenar una trama de anomalías: ganar la batalla de Vilcapugio, por ejemplo.
            Marisa Potes, la autora de esta obra, nos lleva por diversos momentos claves que marcaron a la Argentina y la forjaron como es. En este viaje no estamos solos, contamos con agentes que se teletransportan al momento exacto, para solucionarlo, arriesgándose. Pero empiezan a haber más problemas de lo que podría considerarse normal, y aunque los agentes trabajan a brazo partido, se hace obvio que hay alguien o algo detrás de todas esas anomalías.
            Laura, una de las protagonistas, se meterá de lleno y casi de golpe en esta aventura de arreglar el pasado, por el bien del presente. Marisa Potes crea una novela que combina la fantasía, la ciencia ficción y la historia para lograr un producto que puede ser destinado a los jóvenes, pero también puede ser leído con gusto por adultos.
            Esta novelista y docente de la ciudad de Mar del Plata, que es también autora de novelas infantiles, como Malacara y El Campo Deportivo, entre otras, nos transporta en su texto y a buen ritmo para demostrarnos que delgado es el hilo que une los acontecimientos, y con que facilidad puede romperse.
           


El Fin del Mundo al ritmo del truco


             Llegó el Fin del Mundo. Estamos en 1910 y es inminente el choque del Cometa Halley con la Tierra, cosa que aniquilará la vida en ella. Mientras Buenos Aires está lista para festejar el centenario del primer grito de Libertad que se dio en 1810, resulta que no llegarán al 25 de Mayo, porque antes, el 18, un Cometa impactará con el planeta y lo devastará.
            Por esta razón científica, ese día es tenido por los porteños como el último de sus vidas, entonces se engalanan para esperar el final con sus mejores atuendos. En el conventillo en donde vive Arístides Gandolfi con sus tíos, no son ajenos a este Apocalipsis, pero el chico no está dispuesto a que su vida termine, ni la de sus seres queridos, entonces, junto con su amigo Amleto Vergiati y su perro Nicolita, deciden emprender la búsqueda de un refugio que aguante semejante piedrazo. Lo malo es que esos lugares seguros y protegidos que pueden darte reparo ante cataclismos semejantes, son caros. Entonces, antes de la búsqueda de un refugio, hay que buscar la plata con la que costear su compra.
            Desde la óptica de un niño, iremos avanzando en la larga noche mientras el cometa se acerca más y más a nuestro planeta. Y, como todo Día Final, hay cuentas que ajustar, así que hasta el mismísimo Diablo se hará presente para reclamar algunos pendientes.
            Leonardo Oyola ya ha demostrado que sabe contar historias. El humor es un condimento usado con conocimiento y experiencia en sus textos. En Bolonqui, así como en su otra novela Kryptonita, el escenario es la noche, todo pasa en ella. Como ya es su costumbre, nos ofrece una novela sólida y entretenida, de lectura ágil. Aunque ha sido catalogada por muchos como novela juvenil, la verdad es que es una aventura arrabalera, de los guapos de antes, que todos podemos disfrutar, donde la fantasía no falta, así como no faltará el envido y un buen tanto.