sábado, 2 de febrero de 2013

Los Buscadores de Oro, de Guillermo Orsi



             No siempre la vida da oportunidades de revalorizar lo mucho o poco que se tiene, o tal vez sí las de y sean escasas las personas que saben apreciarlas y utilizarlas. De hecho, si se ha transcurrido la existencia sembrando a conciencia o con indulgencia pequeños y anónimos fracasos, se puede terminar cosechando desilusiones, soledad y posibles penas. Algunos podrán y querrán revertir la situación, dar algún volantazo benefactor que los aleje aunque sea unos metros de ese derrotero de frustraciones y desengaños. La realidad es que a algunos se les presentará la oportunidad de hacer algo significativo, forjar un antes y un después. Eso es lo que le pasa a Archi, el protagonista cincuentón de Buscadores de Oro, novela de Guillermo Orsi.
            Y esas oportunidades que mencionamos son las que, si logramos aprovecharlas, pondrán a prueba nuestras convicciones, si las tenemos, y harán que revaloricemos conceptos como la lealtad, la amistad, y los pongamos en práctica, aunque los engranajes que mueven esos valores rechinen oxidados por la falta de uso. Así le sucede a Archi, este actor municipal casi ignoto que se hace cargo de ir a La Pampa, a un pueblito caído del mapa y la historia a buscar los restos mortales de quien en vida fuera su amigo y a quien al momento de su muerte hacía años que no veía y llevarlos a un cementerio de Buenos Aires, cerca de su anciana madre. Esa travesía se irá complicando, ese pueblo lo recibirá con algo más que con una burocracia anquilosada y despertará en Archi preguntas y dudas que lo irán llevando a cuestionarse los verdaderos motivos de la muerte de su amigo de la infancia.
            Buscadores de Oro no es una simple novela negra, aunque cumple con esos requisitos con holgura, sino que la trama sube un escalón en la complejidad y logra mezclar pinceladas de ciencia ficción que van encajando en el texto policial sin alterar la atención del lector, sino, por el contrario, hundiéndolo cada vez más en la trama.
            Las vicisitudes que Archi enfrenta, las personas que conoce mientras intenta comprender qué fue lo que pasó con su amigo, van demostrándole que aunque más no sea por ese puñado de cosas y personas que todavía valen la pena, aunque sean recuerdos, hay que seguir adelante, y averiguar que se esconde detrás de ese accidente que no fue tal en donde falleció su compinche de antaño, y que pasa en verdad en ese pueblo de hacendados poderosos y políticos sórdidos y corruptos.
            Intrigas, amores, homicidios, traiciones y lealtades viejas y renovadas condimentan la narración liviana y ágil que Orsi logra con toques de humor y algunas disquisiciones filosóficas sobre los tópicos trascendentales de la vida,  que amalgaman este relato de un escritor argentino que merece ser leído.

María José Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario